La pandemia producida por Coronavirus SARS-CoV-2 mejor conocida por el nombre de COVID-19 tuvo un avance rápido y sostenido en casi todo el planeta, la ciencia médica tuvo que ir aprendiendo a identificar y combatir sobre la marcha a esta enfermedad y al observar el grado de afectación que podría tener a largo plazo en la salud distintos grupos de científicos de diversas naciones comenzaron a trabajar en una vacuna que si bien no es curativa si disminuye el grado de contagio de forma importante y ayuda a que la enfermedad pudiese ser menos grave.
Hay muchos mitos alrededor de la vacuna lo cierto es que es una vacuna segura, la vacuna se basa en la genética del virus, no es el virus vivo el que se inyecta por lo tanto no puede darnos COVID-19 al vacunarnos. Es un tipo moderno de vacuna de las llamadas vacunas de ARNm la cual literalmente le da indicaciones a nuestras células de defensa del sistema inmune para que produzcan una porción no dañina de lo que se conoce como «proteína Spike», la proteína Spike está presente en la superficie del virus que causa el COVID-19 por lo tanto le enseña a nuestro sistema de defensa como es el enemigo y donde atacarlo para así protegernos, puede tener algunos efectos secundarios como cualquier medicamento o vacuna, dolor en el sitio de aplicación, dolor muscular, dolor de cabeza, los cuales desaparecen al cabo de un par de días normalmente.
Al día de hoy ya han empezado las campañas de vacunación emergentes en gran parte de las naciones del planeta, empezando por poblaciones más suceptibles como los trabajadores de la salud, personas de la tercera edad, y dentro de esa población suceptible en el que se desea una pronta protección es la mujer embarazada, distintas organizaciones nacionales como la Federación Mexicana de Colegios de Obstetricia y Ginecología, e internacionales como El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología han hecho hincapié en la importancia de la vacunación de la mujer embarazada ya que los beneficios son mayores frente al riesgo de contraer COVID-19, e inclusive se ha llegado a recomendar para las mujeres que se encuentran lactando.
Por otro lado, las mujeres que están planeando un embarazo y que no tienen algún problema de fertilidad conocido dada la seguridad probada de la vacuna y que hasta ahora no se ha visto efecto adverso en la fertilidad es importante el pensar en aplicarla con el objetivo de proteger el futuro embarazo ante el COVID-19. En cuanto a las mujeres que planean el acudir a un centro de reproducción asistida por algún problema de fertilidad, o las pacientes que ya están bajo tratamiento de fertilidad pueden ser vacunadas contra el COVID-19 sin necesidad de interrumpir el tratamiento reproductivo, dado que la vacuna no está fabricada del virus vivo no hay razón por la que tenga que postergarse los intentos de embarazos, inclusive si la paciente ya recibió la primera dosis de la vacuna y la segunda dosis de la misma calcula seria mientras este bajo su tratamiento de reproducción puede vacunarse sin tener que mover la fecha ni de su tratamiento ni la fecha de su segunda dosis, esto según lo marca la Sociedad Americana de Medicina de la Reproducción en sus recomendaciones de manejo de la pandemia y en su apartado de vacunación de COVID-19.
La vacuna contra el COVID-19 es una herramienta más que ayuda a combatir esta pandemia, se debe seguir con el uso de cubre bocas, higiene personal, y del medio que nos rodea, distancia social, hasta que los distintos organismos de salud nacionales e internacionales lo marquen necesario.
Autor: Dr. Luis Eduardo Catillo Rosas.
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